Las redes sociales transformando nuestro entorno y la forma en la que nos relacionamos
Vivimos en un mundo en red, conectados en todo momento pero en los últimos años han pasado de ser una fuente que facilita la comunicación entre personas a causar un impacto más que positivo, negativo en algunos usuarios siendo los “adolescentes” los más vulnerables por ser la etapa de la vida donde nos empezamos a preguntar ¿quien soy? Y como nos ven los demás, donde editamos, exageramos e imploramos atención de todos a nuestro alrededor por lo que se acude a las redes sociales como un medio que nos da la libertad de expresar nuestras ideas, pensamientos, inquietudes y sobre todo para relacionarse con gente de diferentes lugares pero ¿de verdad estamos conectados?
Tenemos 500, 800, 900 o hasta miles de amigos en red, hablamos con ellos todos los días pero sin embargo ¿cuántos nos conocen o cuántos conocemos realmente?
El 80% de los jóvenes de 10 a 17 años acude a internet todos los días pero nos queda en evidencia que no está muy claro que sepan utilizar correctamente estas herramientas de comunicación. Estudios confirman que al sumar el promedio total que los jóvenes pasan al día pegados a un computador o al teléfono estipulan alrededor de unas 6 horas y medias diarias, otros hasta llegan al promedio de 12 horas diarias por lo que 3 de cada 10 adolescentes admiten ser adictos al internet.
Existen tendencias fuertes como lo son Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, y gracias a estas redes sociales y a los blogs que comenzaron a salir ya todos querían ser parte de esta comunidad digital y a ser esclavo de la tecnología que creemos dominar, en la que todos buscan compartir, tener ganancias y ser reconocidos por ser algo que el ser humano necesita para ser “feliz” en estos tiempos, y la problemática radica en mirar más a una pantalla que mirar a los ojos convirtiéndose en lo ya conocido como “zombie tecnológico” que exhiben conductas irrisibles, impulsivas y antisociales según expertos universitarios.
Un estudio de la Agencia Informativa de la Universidad de Monterrey (UDEM) reveló que una gran cantidad de esos jóvenes caminan con la cabeza agachada, hablan con voz casi imperceptible, sus relaciones interpersonales son pocas, al tiempo que son impulsivos, irritables e inconscientes.
Pero al mirar al nuestro alrededor nos damos cuenta que este mundo al que llamamos “social” no es nada hasta que encendemos nuestros ordenadores y cerramos las puertas, haciendo una generación de tontos con teléfonos inteligentes y gente cerrada.
Referencias: